¡Toma elipsis narrativa!
Siento el abandono temporal, pero no me he olvidado de vosotros (sólo del blog). Os voy a resumir en un par de párrafos lo que ha sido mi patética vida en los últimos dos meses (obviamente eliminaré las partes aburridas y meteré alguna escena versión ligerísimamente modificada de la realidad, como cuando maté al león de Nemea).
Tras volver de España, de pasar las Navidades en casa, me metí de lleno en la temible época de exámenes (ya sé que dos exámenes no es para tener mucho miedo, pero los apuntes de los dos estaban en alemán, que eso tira mucho para atrás). Tenía que acabar una práctica, un algoritmo genético híbrido para resolver el problema del Capacited Vehicle Routing, y el mismo día que se entregaba tenía que hacer el examen oral de la asignatura. Acabé las prácticas in extremis y fui a la entrevista. Debido a un imperdonable fallo en el sistema educativo, aprobé. Al día siguiente tenía la presentación de otras prácticas (un reconocedor del valor de monedas de euro más simple que el mecanismo de un botijo), enfrentados a una numerosísima clase de no menos de 8 personas, nos encontrábamos solos ante el peligro el chaval español con el que había hecho las prácticas y yo. Pasó lo que tenía que pasar, los dos, con nuestro purísimo inglés de Villacascajo del Tententieso, defendimos como pudimos lo que habíamos hecho ante los comentarios del profesor que iban en la línea: “Pero mira que hubiera sido fácil hacerlo mucho mejor”, a lo que en un alarde de elocuencia respondimos: “¡Timmy!”. Una semana después fue el examen de esa asignatura, escrito, en inglés, con los apuntes delante, ¿el examen más fácil de los que he hecho aquí?, ¡¡¡no!!! Duraba sólo una hora, y había varios ejercicios de esos de tirarse varios años bisiestos haciendo cuentas, y yo con mi sagacidad habitual no me había llevado calculadora, así que me puse a hacer cuentas con el móvil, sentado justo delante del profesor, que imagino que estaría pensando: “¿Qué hace el tío este? ¡Ah, si es español! Entonces es normal, será algo típico de su cultura”. Y hasta aquí mi estresante época de exámenes, que acabó el miércoles 24 a las 13.15 horas.
Había quedado con mi tutora del proyecto el día 29 para que empezara a darme bibliografía para leer y buscarme un sitio para trabajar en el edificio del instituto. Pero aún tenía unos pocos días antes para sentarme delante de la ventana a ver cómo nevaba. Sí efectivamente nevó un montón (llegó a haber 3 ó 4 centímetros de nieve en la calle), aunque cuando le comenté a mi Tandem que había nevado mucho por poco me arranca la cabeza de una patada voladora marca Acme. Claro, como en su región están acostumbrados a tener varios metros de nieve, pues 5 centímetros le parecía ridículo. En cualquier caso, a mi sí me parecía una cosa espectacular, aunque en la zona en la que yo vivo, como está cerca del centro, pues no había mucha, pero en el parque por el que salgo a correr, sí estaba totalmente cubierto, de hecho corrí sobre la nieve, con copos cayendo a mi alrededor. Lo más absurdo, es que había más gente corriendo, no éramos los únicos locos, así que queda claro que esto no es como en Murcia, que cuando caen cuatro gotas, la actividad humana queda suspendida. De todas formas ahora ya hace buen tiempo otra vez, se acabó la nieve de momento.
El día de la cita con mi tutora, fui a verla, y al llegar a su oficina me pregunta que qué quiero. Era como Memento, no se acordaba de nada, ni siquiera se acordaba qué proyecto tenía que hacer yo. Total que le recuerdo de qué iba, y se pone a buscar algún libro en sus estanterías hasta que me dice que no los tiene allí, que busque en Internet o en la biblioteca. Que busque qué, le pregunto. Me da un trozo de papel en el que ha escrito las palabras claves del proyecto: “collaboration patterns, cooperation patterns, interaction patterns, & workflow patterns”. Hala, con el papelito y Google, te buscas la vida, y la semana que viene, me vienes y me enseñas lo que tengas. Así que ahora estoy con esto, a buscarme la vida como pueda.
En fin, ya os contaré más cosas. Hasta luego.
Tras volver de España, de pasar las Navidades en casa, me metí de lleno en la temible época de exámenes (ya sé que dos exámenes no es para tener mucho miedo, pero los apuntes de los dos estaban en alemán, que eso tira mucho para atrás). Tenía que acabar una práctica, un algoritmo genético híbrido para resolver el problema del Capacited Vehicle Routing, y el mismo día que se entregaba tenía que hacer el examen oral de la asignatura. Acabé las prácticas in extremis y fui a la entrevista. Debido a un imperdonable fallo en el sistema educativo, aprobé. Al día siguiente tenía la presentación de otras prácticas (un reconocedor del valor de monedas de euro más simple que el mecanismo de un botijo), enfrentados a una numerosísima clase de no menos de 8 personas, nos encontrábamos solos ante el peligro el chaval español con el que había hecho las prácticas y yo. Pasó lo que tenía que pasar, los dos, con nuestro purísimo inglés de Villacascajo del Tententieso, defendimos como pudimos lo que habíamos hecho ante los comentarios del profesor que iban en la línea: “Pero mira que hubiera sido fácil hacerlo mucho mejor”, a lo que en un alarde de elocuencia respondimos: “¡Timmy!”. Una semana después fue el examen de esa asignatura, escrito, en inglés, con los apuntes delante, ¿el examen más fácil de los que he hecho aquí?, ¡¡¡no!!! Duraba sólo una hora, y había varios ejercicios de esos de tirarse varios años bisiestos haciendo cuentas, y yo con mi sagacidad habitual no me había llevado calculadora, así que me puse a hacer cuentas con el móvil, sentado justo delante del profesor, que imagino que estaría pensando: “¿Qué hace el tío este? ¡Ah, si es español! Entonces es normal, será algo típico de su cultura”. Y hasta aquí mi estresante época de exámenes, que acabó el miércoles 24 a las 13.15 horas.
Había quedado con mi tutora del proyecto el día 29 para que empezara a darme bibliografía para leer y buscarme un sitio para trabajar en el edificio del instituto. Pero aún tenía unos pocos días antes para sentarme delante de la ventana a ver cómo nevaba. Sí efectivamente nevó un montón (llegó a haber 3 ó 4 centímetros de nieve en la calle), aunque cuando le comenté a mi Tandem que había nevado mucho por poco me arranca la cabeza de una patada voladora marca Acme. Claro, como en su región están acostumbrados a tener varios metros de nieve, pues 5 centímetros le parecía ridículo. En cualquier caso, a mi sí me parecía una cosa espectacular, aunque en la zona en la que yo vivo, como está cerca del centro, pues no había mucha, pero en el parque por el que salgo a correr, sí estaba totalmente cubierto, de hecho corrí sobre la nieve, con copos cayendo a mi alrededor. Lo más absurdo, es que había más gente corriendo, no éramos los únicos locos, así que queda claro que esto no es como en Murcia, que cuando caen cuatro gotas, la actividad humana queda suspendida. De todas formas ahora ya hace buen tiempo otra vez, se acabó la nieve de momento.
El día de la cita con mi tutora, fui a verla, y al llegar a su oficina me pregunta que qué quiero. Era como Memento, no se acordaba de nada, ni siquiera se acordaba qué proyecto tenía que hacer yo. Total que le recuerdo de qué iba, y se pone a buscar algún libro en sus estanterías hasta que me dice que no los tiene allí, que busque en Internet o en la biblioteca. Que busque qué, le pregunto. Me da un trozo de papel en el que ha escrito las palabras claves del proyecto: “collaboration patterns, cooperation patterns, interaction patterns, & workflow patterns”. Hala, con el papelito y Google, te buscas la vida, y la semana que viene, me vienes y me enseñas lo que tengas. Así que ahora estoy con esto, a buscarme la vida como pueda.
En fin, ya os contaré más cosas. Hasta luego.

1 Comments:
Ummm, eso de "aprenda usted mismo YYY" (cambia 'YYY' por el nombre de la asignatura que prefieras)parece que está de moda...quiero ser profe... je je
Lo de Viena está estancado...jose huercal pasa (me rajé, me convenció y ahora se raja él... cosas de la vida).
Nunca he visto nevar hasta 5cms de nieve, pero a mi también me parece ridículo 5cms sobre todo por estar más al norte, aunque es más de lo que a nevado por aquí. También entiendo que 5cms te parezca mucho... deberías dejar de tomar como referencia el tamaño de tu pene, no es buena medida.
Ale, voy a estudiar.
Habría que abrir un blog de "Cómo encontrar un viaje barato pa Viena sin morir en el intento ni volverse loco"
Saludillos.
Publicar un comentario
<< Home